Su gastronomía es una fusión de las cocinas alemana, escandinava, rusa y la rural propia del destino, con delicias como el pan negro o el oso asado.

Hablar de Estonia es hablar de su hermosa capital, Tallinn, una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, con una ciudad vieja incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Pero también de Tartu y su universidad y de la encantadora Pärnu.

En cualquiera de ellas encontraremos restaurantes y cafés —con precios más asequibles que en otras ciudades europeas— en los que sirven deliciosos manjares. Muchos de ellos, además, ofrecen la posibilidad de  cenar o comer junto al mar, contemplando espectaculares vistas sobre el Báltico;  una experiencia que puede disfrutarse todo el año.

Con 3.800 kilómetros de costa, Estonia es prácticamente una isla —una isla de islas, ya que el territorio estonio se compone de la parte continental y 1.521 islas—, así que hay lugares de sobra para disfrutar de un buen plato de pescado, salado o ahumado, como el arenque báltico, el besugo o la perca; de los ahumados, el favorito de los estonios es la platija. En muchas ocasiones, el pescado ahumado es servido después de un laborioso ritual que implica quitar todas y cada una de las espinas, pero el resultado merece la pena.

En Kaberneemes, a 37 kilómetros de Tallinn, está uno de esos  estupendos restaurantes costeros, OKO, con sus enormes ventanales, vistas a la playa y unos interiores hogareños con toques marineros. Más cerca de Tallinn, en Viimsi, están Villa Mary y Noa —en este último es muy recomendable probar también sus carnes, jugosas y deliciosas.

Si hablamos de restaurantes junto al mar, no puede faltar Alexander —seleccionado durante varios años como mejor restaurante de Estonia—, situado en la isla de Muhu, dentro de la elegante mansión-hotel Pädaste. Su chef utiliza principalmente ingredientes frescos de temporada cultivados en los invernaderos y jardines del propio hotel.

Y terminamos con MerMer, en la península de Juminda, dentro del parque nacional de Lahemaa, y Ruhe, en Jõelähtme. Ambos ofrecen deliciosos platos locales en ambientes marineros y los dos están dentro de la lista de los 50 mejores restaurantes de Estonia.

DEL MAR A LA GRANJA

Otra opción para disfrutar de la gastronomía local son las pequeñas granjas-gourmet, situadas en entornos naturales que te dejarán sin respiración. Una de ellas es la Mansión Põhjaka —incluida a su vez en la lista de los 50 mejores restaurantes de Estonia—, o bien la granja Tammuri, cuyo menú varía según la temporada e incluye platos locales con toques europeos y otros con reminiscencias de sabores de remotos lugares del mundo.

Si queremos degustar la deliciosa cocina de Ööbiku, situado a 50 kilómetros de Tallinn, hay que reservar obligatoriamente, ya que solo cuenta con capacidad para 20 personas.

La granja Mihkli, en la isla de Muhu, es ideal para pasar un día en la naturaleza y practicar deportes al aire libre… Y por supuesto, para disfrutar después de la cocina de su restaurante.