El corazón de Río de Janeiro, la bossa nova y la playa de Ipanema en la misma botella. La historia de esta cachaça es puro romanticismo.

Caña de azúcar, mucho sol y la brisa del océano Atlántico. Lo ‘agitamos’ todo y el resultado es cachaça. Si a esto añadimos el ritmo de la bossa nova y el espíritu de la playa de Ipanema —el logotipo de la firma se inspira en el paseo que hay junto a esta famosa playa brasileña—, llegamos al corazón de Río de Janeiro y descubrimos Bossa.

Esta deliciosa cachaça, al igual que todas las cachaças, es un destilado puro de caña de azúcar. Todo su proceso de elaboración se realiza bajo una estricta supervisión que comienza en las plantaciones de caña en el océano Atlántico, donde el sol y el terreno ayudan al crecimiento y llenan la caña de ese sabor dulce tan característico. Cuando la cosecha ha alcanzado su punto óptimo de madurez, se recolecta fresca y se destila y filtra de forma continua para conseguir que tenga el equilibrio perfecto de dulzor y suavidad, resultando realmente deliciosa.

En cuanto a su consumo, Bossa es ideal no sólo para las conocidas caipiriñas, a las que por sus características infunde notas tropicales, sino para cualquier cóctel que uno pueda imaginar. Y es que la cachaça combina a la perfección con la fruta fresca: fruta de la pasión, fresa, kiwi… Tan solo hay que elegir una, añadir un poquito de azúcar, hielo, agitar o remover… ¡y a disfrutar del ‘corazón’ de Brasil! Porque no se puede olvidar que es su bebida patria desde el siglo XVI.

El PVP recomendado de Bossa —otro descubrimiento de los drinkhunters de The Water Company— es de 20 € (en formato de 700 ml.).