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Cenas cantadas en El Café de la Ópera

Cenas cantadas en El Café de la Ópera

Una propuesta diferente para la noche de los viernes que puedes disfrutar en pareja, con amigos, con tus padres… ¡Sorprenderás seguro!

No tiene que gustarte la lírica, ni siquiera tienes que entender lo que dicen. Si te gusta la música, el arte en cualquiera de sus expresiones, disfrutarás con esta propuesta de El Café de la Ópera (Calle de Arrieta, 6. Madrid. Metro Ópera).

A priori puede que pienses lo que pensé yo: una cena con representación lírica no va a dejar mucho tiempo para disfrutar de la compañía ni del menú. Error. Los tiempos los tienen muy bien pensados y la obra está muy bien adaptada —la selección de piezas permite seguir el argumento completo—, así que la experiencia permite disfrutar de la cena, del espectáculo y de la compañía. Nos dio la impresión de que todo fluía a la perfección.

Los viernes es cuando se puede disfrutar de estas cenas cantadas. Esa noche, de 21:30 a 00:00 horas, el salón de El Café de la Ópera se convierte en el escenario en el que importantes figuras del canto se meten en el papel de los protagonistas de las obras más populares de la lírica: Madame Butterfly, La Traviata, Carmen, La Bohême o El Barbero de Sevilla.

En nuestro caso tuvimos la suerte de poder disfrutar de Madame Butterfly, del gran Puccini, una de las obras más representadas en todo el mundo, llena de magia, romanticismo y poesía.

Para los que no conozcáis El Café de la Ópera, os diré que su salón es más bien recogidito. Amplio, para estar a gusto, pero no excesivamente grande. Eso hace que la cena y el propio espectáculo se desarrollen en un ambiente bastante íntimo, casi familiar, lo que unido a la cercanía de los artistas y a la complicidad que muestran con el público convierte la experiencia en única.

El menú tampoco decepciona —ya conocíamos su cocido, así que íbamos con buenas referencias—. Como entrantes, una rica Tempura de espárrago triguero, aro de cebolla, calabacín y pimiento rojo y un delicioso Crujiente de langostinos con pasta kataifi y salsa oriental. Les sigue un suave Carpaccio de rape y salmón con aceite de oliva virgen extra y limón, muy muy rico.

Carpaccio de rape y salmón en las cenas cantadas de El Café de la Ópera

Algo más contundente es el Solomillo de buey asado a baja temperatura con arroz frito, con una carne muy tierna y jugosa —el arroz, aunque estaba rico, no nos convenció como acompañamiento, pero es parte del guiño del menú a Madame Butterfly y la cocina japonesa—. Y para terminar, Tarta Tatín de manzana con helado de té verde —la tarta muy buena, pero al helado no le sacamos el gusto a té—. El menú incluye agua, vinos blanco y tinto, cava y café o infusión.   Solomillo de buey y Tarta Tatín de manzana con helado de té verde

El brindis final —cantado, por supuesto—, en el que los artistas pasan mesa por mesa, me pareció uno de los momentos más emotivos de toda la cena. Un broche único. Pero hubo otros momentos mágicos, como el de la pareja que se emocionó al celebrar sus dieciocho años juntos o cuando una de las comensales, cantante de ópera de paso por Madrid, tuvo el detalle de compartir su voz con nosotros. Emociones a flor de piel.

Quizá cuando vayas vivas cosas parecidas. ¡Acuérdate de pasarte por aquí y contárnoslas!

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